Cuando el animal muerde la correa

Muchos propietarios de perros se enfrentan a ello cada día: nada más salir a pasear, el animal empieza ya a morder la correa. Por una parte, esto molesta bastante, y por la otra, tampoco le hace bien a la correa. Pero no tiene por qué ser así. Con la capacidad de aguante y conocimientos necesarios, se pueden tomar perfectamente las riendas del problema.

 

¿Por qué muerde la correa el perro?

Para abordar el problema, es importante saber antes que nada por qué el perro hace eso en primer lugar. Para empezar, lo hace como una travesura y porque le divierte jugar con la correa. Por su consistencia y porque está sujeta del otro extremo, desde el punto de vista del perro es perfecta para masticarla y para tirar de ella. Si más bien prefiere cargarla, entonces lo hace porque le gusta llevar algo en la boca. Así, el animal muerde la correa porque se lleva algo de ella. ¡Es importante saberlo!

En algunos casos, este comportamiento podría ser una conducta de desplazamiento, por ejemplo, cuando entrena con el perro, solo o en la escuela para perros, y algo le viene grande o le resulta muy largo o complicado.

 

El papel del dueño

Como en mucho de lo que sucede entre humano y animal, el propietario del perro también está implicado en este problema. Como bien sabe, al perro le gusta hacer especialmente aquello que suele recibir. Si este es o no el caso con morder la correa depende solo de usted. No importa si el animal ha empezado por iniciativa propia o si alguien de la familia, tal vez los niños, le han animado en primer lugar. A partir de ahora se trata de que el perro no tenga así más éxito y/o diversión con nadie.

 

Esto ayuda

Hay varias opciones para desacostumbrar al perro de que muerda la correa. Haga aquello que mejor pueda aplicar dependiendo de la situación y que tenga un mejor efecto en el perro. Lo importante es ser consecuente con ello. Si el animal a veces puede morder la correa y a veces no, cualquier esfuerzo será en vano.

 

Ignorar

A veces basta con quedarse de pie sin hacer ningún comentario y sin prestar atención al perro (tampoco mirarlo) en cuanto empiece (!) a morder la correa. Si usted no participa en el juego, al perro deja de divertirle. Continúe solo cuando lo haya dejado.  En cuanto vuelva a empezar, repita la táctica.

Si no basta solo con quedarse quieto, deje caer también la correa. Si el perro permanece a su lado, puede simplemente continuar sin prestarle atención. Tras algunos pasos, vuelva a coger la correa aún sin prestar atención al perro.

Alternativamente, deje caer la correa y písela. Quédese de pie hasta que su mascota vuelva a comportarse «normalmente».

Otra opción es sujetar la correa mientras camine y, cuando el perro muerda la correa, colgarla del poste de una valla y seguir caminando usted solo.  Si el perro para, vuelva y siga caminando con él. No le dirija la palabra.

Así aprende el perro que no tiene «gracia» cuando empieza a morder la correa, pero que continúa con él siempre que deje de hacerlo.

 

 

Señal de parada

Si su perro ya conoce una señal de parada, utilícela en cuando empiece a entretenerse con la correa. Si para, elógielo y continúe.

 

Ayudas

También hay otro par de posibilidades «técnicas». Por un lado, puede preparar la zona de la correa que el perro mordisquea con algo que no le guste, por ejemplo, con zumo de limón, un par de gotas de perfume o similares. También puede utilizar una cadena durante un tiempo. A los perros no les gusta morder el metal.

Si al animal le gusta llevar algo en la boca, dele durante el paseo su pelota preferida o lo que convenga para que lo lleve.

 

Finalizar los ejercicios

Si el perro muerde la correa por una conducta de desplazamiento, cambie la situación actual. En el ejemplo del entrenamiento, esto significará dejar que haga uno o dos ejercicios sencillos más y finalizar el entrenamiento.

Esto perjudica

Aunque le moleste el comportamiento de su mascota, evite a toda costa el nerviosismo y las «rabietas». Cualquier tipo de agitación, reprimendas a gritos, etc. no hacen más que agravar el problema, porque el estrés se transmite al perro y seguirá columpiándose de la correa.

Tampoco estire de ella. Eso es justo lo que el perro quiere: jugar al tira y afloja con la correa…

Así que actúe siempre con calma y serenidad. ¡Entonces funcionará seguro!

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